Prueba Ford Explorer: un eléctrico lógico y práctico para muchos tipos de conductores

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Ford quiere hacer de Europa su principal motor de cambio eléctrico. Los americanos se han buscado un socio poderoso y el primer turismo de esa alianza llega ahora a los concesionarios. Nosotros ya hemos probado el nuevo Ford Explorer.

Un viaje sin retorno hacia la electrificación

Europa ha emprendido un camino que, nos guste o no, no tiene vuelta atrás. La electricidad llegará a nuestras vidas al igual que las plataformas en streaming o los teléfonos inteligentes. Aunque el cambio será más lento de lo anticipado, las marcas ya tienen que empezar a posicionarse para el nuevo horizonte. Ford lleva tiempo dando pasos en esa dirección, y el Ford Explorer es su más reciente lanzamiento europeo, un coche que promete dar mucho de qué hablar.

Ford

Diferenciación del Explorer respecto al ID.4

La denominación Explorer es una de las más empleadas por Ford a lo largo de su historia. En Europa, este nombre no ha tenido tanto impacto, pero con la nueva versión eléctrica y compacta, Ford espera cambiar eso. Nacido de una colaboración con Volkswagen, el Explorer se monta sobre la plataforma eléctrica MEB. Ford ha hecho un gran trabajo diferenciando el Explorer del ID.4. Con un diseño robusto y elementos distintivos, el Explorer se presenta como una opción atractiva.

Un espacio interior destacado

El espacio interior es una de sus grandes cualidades. Ford ha sabido aprovechar mejor el espacio, ofreciendo un coche familiar con muchos recursos. La calidad de los materiales es buena, con un tacto agradable y una excelente sensación de durabilidad. La digitalización toma el control con una pantalla principal de 15 pulgadas, aunque la posición baja puede ser un inconveniente. Sin embargo, su gran tamaño y buen funcionamiento del sistema operativo compensan este detalle.

Habitabilidad y rendimiento

La fila trasera del Ford Explorer ofrece excelentes cotas de habitabilidad, incluso para tres pasajeros adultos, gracias a un suelo completamente plano. Con una capacidad de carga mínima de 536 litros, ampliables a 1.422 litros, el Explorer es muy práctico para el uso familiar. La oferta mecánica inicial incluye una versión de tracción trasera con un motor de 286 caballos y una batería de 77 kWh que homologa hasta 600 kilómetros de alcance. La versión superior, con motor dual de 340 caballos, ofrece un alcance de 566 kilómetros.

Al volante del Ford Explorer

La primera toma de contacto ha sido muy positiva. En las carreteras de Eslovenia, el Explorer se ha mostrado cómodo y refinado. La dirección es muy directa y transmite buena información. La suspensión está bien equilibrada, aunque el tacto del freno es mejorable. Con varios modos de conducción, el Explorer se adapta a diferentes estilos y necesidades. La versión más equilibrada es la de 286 caballos, que ofrece un rendimiento excelente y un consumo medio inferior a los 17 kWh/100 kilómetros.

Conclusiones

Ford propone una visión diferenciada del Volkswagen ID.4. El Explorer es atractivo tanto por dentro como por fuera, ideal para una familia que busque un coche eléctrico práctico, de precio razonable y buen comportamiento. La versión de acceso, con 286 caballos y 600 kilómetros de autonomía, es la más recomendable por su equilibrio entre precio, autonomía y rendimiento. Con un precio básico de 51.100 euros, puede resultar muy atractivo con las promociones y ayudas disponibles.

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