El Pionero de la Dinastía Montoya en el Automovilismo

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El apellido Montoya es reconocido mundialmente, particularmente en Colombia, por su asociación con la velocidad. En breve, Sebastián Montoya hará su esperado debut en la Fórmula 2, mientras que su padre, Juan Pablo Montoya, es recordado como uno de los pilotos más importantes en la historia del automovilismo. Sin embargo, antes de estos éxitos, fue Diego Montoya, el tío de Sebastián, quien dio el primer paso hacia la internacionalización del legado familiar en el automovilismo. A través de sus victorias en IMSA y Le Mans, Diego marcó un hito en la historia de los Montoya en el exterior.

Inicios en el Automovilismo

Diego Montoya nació en Bogotá el 19 de noviembre de 1945. Desde su niñez, compartió con su hermano Pablo una pasión profunda por el automovilismo, lo que los llevó a destacar en el kartismo durante los años 70. Fue en el Campeonato Mundial de Karting de esa época donde coincidieron con el mítico Ayrton Senna, quien más tarde alcanzaría la gloria en la Fórmula 1.

Su incursión en competiciones de mayor calibre llegó en 1982, cuando Diego debutó en el Campeonato de Gran Turismo de IMSA. Aunque solo iba a participar en una carrera en el Daytona International Speedway, la primera de muchas, lo que ocurrió después fue una historia de crecimiento y perseverancia.

Desafíos y Triunfos en IMSA

La carrera en Daytona fue decisiva para la carrera de Diego. A bordo de un BMW M1, su primera experiencia en un vehículo de gran potencia estuvo llena de dificultades. A pesar de los problemas iniciales, como las altas temperaturas de la pista y un inconveniente con el sistema de hidratación, Diego logró sobreponerse, demostrar su habilidad y se coronó campeón de la categoría GTO. Este resultado le abrió nuevas puertas, permitiéndole competir en el Campeonato IMSA GT de 1983, donde alcanzó cinco podios, dos victorias, y terminó tercero en la clasificación general de los GTO.

Momentos Difíciles y Triunfos Internacionales

Los altibajos fueron parte de la carrera de Diego Montoya. A pesar de las victorias, también enfrentó momentos difíciles, como el accidente fatal del piloto alemán Rolf Stommelen en Riverside, California. Tal experiencia le dejó secuelas emocionales profundas, llevándolo a no poder dormir por varios días. Además, un accidente en Brainerd, Minnesota, con la piloto estadounidense Kathy Rude, dejó a Diego gravemente herido, pero su determinación le permitió continuar.

Aparte de su éxito en IMSA, Diego también tuvo la oportunidad de correr en Europa. En 1983, participó en las 24 Horas de Le Mans junto con los estadounidenses Tony García y Albert Naon. Con un Sauber C7, lograron un destacable noveno lugar, un resultado impresionante considerando que solo Porsche había logrado colocarse en las primeras posiciones. La experiencia con Sauber fue única, pues el desarrollo del coche involucró altos niveles de riesgo y tensión, pero también brindó una sensación incomparable de éxito.

El Fin de una Carrera Internacional

Tras su última temporada en IMSA en 1984, Diego participó en algunas carreras de Can-Am. Su futuro parecía estar encaminado a la Fórmula 3.000 en Europa (lo que hoy sería la Fórmula 2), pero un accidente en una cuatrimoto lo obligó a abandonar las pruebas. Este fue el punto final de su carrera internacional.

Vida Actual y Su Legado

Hoy en día, Diego Montoya vive en La Tebaida, Quindío, en una finca que adquirió hace más de 20 años, un sueño que siempre tuvo de vivir en el campo. Aunque se ha alejado de las competiciones, sigue disfrutando de su pasión por los motores en el reto de Trepadores, a bordo de su Subaru Forester. Además, no es raro verlo participar en los “track days” en el autódromo de Tocancipá cuando la oportunidad lo llama. Su legado como pionero internacional del apellido Montoya sigue vivo, inspirando a la nueva generación de pilotos, entre ellos su sobrino Sebastián.

El Impacto de Diego Montoya en el Automovilismo Internacional

Diego Montoya fue el primer miembro de la dinastía Montoya en dar el salto al automovilismo internacional, y con sus victorias en IMSA y Le Mans, cimentó el camino para los éxitos de su familia. A través de sus logros y desafíos, dejó una huella imborrable en el automovilismo, tanto en Colombia como en el mundo.

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Fuente:

https://www.msn.com

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