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Volkswagen reconoce que los compradores europeos prefieren botones físicos en lugar de pantallas táctiles

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En un giro que marca una ruptura con las tendencias minimalistas de los últimos años, Volkswagen (VW) ha confirmado que muchos de sus compradores europeos están demandando una interfaz más tradicional en sus vehículos. Esto implica una vuelta a los botones físicos y controles analógicos, abandonando el enfoque casi exclusivo en pantallas táctiles que caracterizó a los modelos de la última década.

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Esta preferencia ha sido reconocida por altos ejecutivos de la compañía, como Ralf Brandstätter, jefe de VW en China, quien comparó las prioridades de los consumidores europeos con las de los asiáticos. Mientras que los clientes chinos valoran cabinas inteligentes, asistentes con inteligencia artificial y controles por voz, los europeos siguen inclinándose por la funcionalidad tangible, la durabilidad y una experiencia de conducción directa.


Un diseño criticado por los propios diseñadores de VW

La crítica más contundente a las pantallas táctiles vino desde dentro de la propia empresa. Andreas Mindt, jefe de diseño de Volkswagen, admitió públicamente que eliminar demasiados botones fue un error. “Nunca más volveremos a cometer este error”, aseguró, refiriéndose a la falta de retroalimentación física que muchos conductores consideran esencial para una experiencia segura y cómoda al volante.

Según Mindt, los nuevos modelos, como el ID.2all, incorporarán botones físicos para funciones clave como el volumen, la calefacción, los ventiladores y las luces de emergencia, ubicados estratégicamente bajo la pantalla central. Además, el volante recuperará botones reales, dejando atrás la criticada tendencia de reemplazar todo por superficies táctiles.


Diferencias de mercado: Europa vs. China

Brandstätter también explicó que la edad promedio de un comprador de vehículos eléctricos (EV) en Europa es de 56 años, mientras que en China es de menos de 35 años. Esta diferencia etaria influye directamente en las expectativas del usuario. Mientras que el mercado asiático acepta fácilmente vehículos altamente digitalizados, los consumidores europeos valoran más la simplicidad y familiaridad en los controles.

Por esta razón, los modelos diseñados por el Grupo Volkswagen en China no suelen venderse en Europa. Las diferentes normativas, costes de producción y sobre todo, preferencias de los clientes, impiden una homologación universal del diseño vehicular, incluso dentro de un mismo fabricante global.


El impacto en otras marcas del Grupo VW

El cambio de enfoque en Volkswagen también impactará a otras marcas del grupo como Skoda, SEAT, Cupra y posiblemente Audi, ya que estas comparten muchas plataformas, interiores y componentes. Si bien reintroducir botones y mandos físicos puede incrementar los costos de fabricación, VW apuesta a que este “retroceso” mejorará la experiencia del usuario y fortalecerá la confianza del consumidor.

Modelos como el Golf GTI y Golf R ya están incorporando estas mejoras, y se espera que las futuras generaciones de vehículos combinen lo mejor de ambos mundos: tecnología avanzada con controles físicos intuitivos.


Una nueva filosofía de diseño: “Es un coche, no un teléfono”

Volkswagen parece haber aprendido una lección clave: no todos los avances tecnológicos mejoran la experiencia de conducción. La frase de Andreas Mindt, “Es un coche. No es un teléfono”, resume este nuevo enfoque centrado en el usuario y no solo en la estética minimalista.

En un mundo cada vez más digitalizado, VW apuesta por la usabilidad, seguridad y conexión emocional con el conductor. El desafío será mantener este equilibrio mientras continúan innovando en conectividad, electrificación y automatización sin olvidar lo que realmente importa al usuario final.


Fuente:
Motor1.com

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