La idea era buena, muy buena, pero cuando dos gigantes negocian, nadie sabe cómo puede acabar la historia. Desde Renault aseguran que lo han intentado, pero ha sido imposible rematar el acuerdo.
Una alianza fallida en Europa
Europa está preocupada por el auge de la industria automovilística china. El Viejo Continente podría perder su posición dominante en una industria que supone cientos de miles de millones en ganancias e inversiones y decenas de millones de puestos de trabajo. Desde Bruselas, se reclaman compromisos y cambios a los fabricantes. Desde hace meses, sonaba la posibilidad de crear una empresa conjunta entre las principales marcas para ofrecer coches eléctricos asequibles. Renault y Volkswagen parecían estar cerca de un acuerdo, pero finalmente no ha sido así.
Presiones y propuestas
El primer país en presionar fue Francia. En febrero surgieron los primeros rumores sobre una posible asociación a tres bandas. El Gobierno de Emmanuel Macron propuso a Volkswagen, Renault y Stellantis conformar una alianza poderosa para contrarrestar la industria china. Sin embargo, Stellantis se retiró rápidamente de la propuesta. Renault y Volkswagen siguieron adelante, y un mes más tarde muchos rumores apuntaban a que el acuerdo estaba a punto de firmarse. Parecía haber un entendimiento, pero lamentablemente no ha sido así.
Fricciones entre franceses y alemanes
La idea de crear un gran conglomerado industrial no es nueva. En el sector de la aeronáutica, Airbus es un claro ejemplo de éxito gracias a la colaboración de diferentes países. Sin embargo, los fabricantes de coches no han conseguido ponerse de acuerdo. Renault apunta en una dirección: los franceses echan la culpa a los alemanes. El CEO de Renault, Luca de Meo, confirmó la ruptura durante un evento en París, calificándola de “oportunidad perdida”. A pesar de que las negociaciones estaban avanzadas, Volkswagen siempre mostró cierta resistencia, especialmente con respecto a la producción de los coches en la planta de Renault en Eslovenia.
El impacto en la industria
La dirección alemana no ha visto con buenos ojos que sus coches fuesen fabricados por otra empresa, temiendo un nuevo caso como el de Mercedes, que fue criticado por montar motores franceses en sus modelos económicos. Thomas Schäfer, director general de Volkswagen, declaró que no consideran factible compartir gastos y producción. Ahora, ambas partes tendrán que buscar formas de desarrollar coches eléctricos económicos por separado.
Futuro incierto para los eléctricos asequibles
El reto es grande, ya que la rentabilidad en los sectores más pequeños es prácticamente nula. Empresas como Toyota han rechazado esta categoría por no ser económicamente viable. Renault planea sacar una nueva generación del Twingo, completamente eléctrica, mientras que Volkswagen tiene previsto lanzar dos modelos eléctricos pequeños y baratos, el Volkswagen ID.2 y el Volkswagen ID.1, con un precio de salida de menos de 20,000 euros.
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