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¿Por qué los frenos carbono-cerámicos son tan caros?

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Los frenos carbono-cerámicos figuran entre las opciones más costosas en autos deportivos de alto rendimiento. En modelos como el Cadillac CT5-V Blackwing, añadirlos puede costar hasta $9,000. Pero ¿realmente valen lo que cuestan?

Este tipo de frenos se volvió popular en vehículos como el Porsche 911 GT2 desde 2001 y el Ferrari Enzo un año después. Desde entonces, marcas como Brembo han perfeccionado su fabricación, logrando componentes más livianos y resistentes que los tradicionales discos de hierro fundido.

A diferencia del hierro, el compuesto carbono-cerámico tiene un tercio de la densidad, lo que se traduce en una significativa reducción de peso. Por ejemplo, en los modelos anteriores del BMW M3 y M4, el cambio de discos normales a carbono-cerámicos supuso un ahorro de casi el 50% del peso en los rotores delanteros.

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Reducen el peso y mejoran el rendimiento en autos exigentes

Uno de los mayores beneficios de los frenos carbono-cerámicos es su efecto sobre la masa no suspendida del vehículo, especialmente porque los discos de freno son masas giratorias. Reducir ese peso mejora notablemente la aceleración, el frenado y el manejo.

En términos simples, al aligerar las partes que giran junto con las ruedas, como los discos, se mejora todo el sistema de respuesta del coche. De hecho, automotrices como Ferrari y McLaren los emplean de forma estándar en sus modelos, aprovechando estas ventajas para afinar otros componentes como neumáticos, suspensiones o barras estabilizadoras.


Tienen límites: rendimiento y desgaste dependen del uso

Sin embargo, estos frenos no mejoran la fuerza de frenado por sí solos. Como explica el ingeniero y piloto James Walker Jr., su desempeño depende más del sistema hidráulico y los neumáticos. Además, aunque resisten temperaturas entre 1,000 y 1,400 grados Fahrenheit sin fatiga, el uso en pista puede afectar su vida útil.

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Por ejemplo, un conductor agresivo en un auto pesado como un BMW M5 que frena tarde y fuerte en circuito puede antestar los discos carbono-cerámicos en poco tiempo. En cambio, un auto ligero como el Porsche 911 GT3, con frenadas más suaves, podría conservarlos casi toda su vida útil.


Duran más que los frenos normales (pero no siempre)

En conducción diaria, un disco carbono-cerámico podría durar toda la vida útil del vehículo. Aunque los frenos de hierro fundido son más baratos y fáciles de reemplazar, los carbono-cerámicos no se deforman ni agrietan fácilmente y no pierden espesor con el uso, sino peso, lo cual también determina cuándo deben ser reemplazados.

Marcas como Porsche ofrecen aún discos de hierro fundido en modelos GT3 precisamente para los conductores que frecuentan la pista, ya que los reemplazos de discos carbono-cerámicos siguen siendo costosos.


¿Vale la pena pagar tanto por ellos?

La respuesta depende del tipo de conductor. Si solo usas tu coche para ir al trabajo o hacer recados, probablemente no necesites frenos carbono-cerámicos. Pero si valoras un rendimiento superior, menor desgaste y lo último en tecnología, esta inversión puede justificarse con el tiempo.

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Fuente: www.motor1.com

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