El gobierno de EE. UU. ha anunciado una prohibición sobre la tecnología china y rusa en vehículos conectados a partir de 2027. La medida, divulgada por el Departamento de Comercio el 14 de enero de 2025, busca proteger la seguridad nacional y la privacidad de los ciudadanos. En términos generales, la prohibición cubrirá tanto el software como el hardware asociado a vehículos conectados a internet.
Un calendario de implementación gradual
La nueva normativa establece un plan escalonado de implementación. A partir de 2027, todos los vehículos conectados que usen software de China o Rusia deberán ser modificados para cumplir con las nuevas regulaciones. En 2029, se reemplazará el hardware de estos vehículos si está vinculado a dichos países.
Este enfoque progresivo permitirá a los fabricantes adaptar sus cadenas de suministro y evitar posibles disrupciones en la industria automotriz. La decisión también responde a una creciente preocupación sobre la ciberseguridad y el control de los datos sensibles almacenados y procesados por los vehículos modernos.

Motivos detrás de la prohibición
Gina Raimondo, Secretaria de Comercio saliente, explicó que los vehículos modernos están equipados con diversas tecnologías conectadas a internet, como cámaras, micrófonos, y GPS, que podrían representar un riesgo para la seguridad si caen en manos de actores malintencionados. Esta medida, aunque dirigida principalmente a vehículos de origen chino o ruso, también afectará a marcas occidentales con vínculos significativos con estas potencias.
Marcas como Volvo, controlada por Geely, y fabricantes como Buick y Lincoln deberán ajustar sus estrategias para cumplir con las nuevas exigencias del gobierno de EE. UU. Aunque no se venden vehículos chinos en el país, las interacciones entre fabricantes occidentales y tecnologías de estas naciones preocupan a las autoridades.
La seguridad nacional y el riesgo de la interferencia extranjera
El riesgo de interferencia extranjera en los sistemas de vehículos conectados es uno de los principales motores de esta decisión. La Casa Blanca, a través de Lael Brainard, su asesora de Seguridad Nacional, expresó que China busca dominar el futuro de la industria automotriz. El control sobre el software y hardware de los vehículos podría permitir a esos países acceder a datos sensibles o intervenir en su funcionamiento, lo que sería un riesgo para la soberanía tecnológica de EE. UU.
El contexto de tensión comercial con China
La medida forma parte de un conjunto de políticas proteccionistas que han tensado las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China. Un ejemplo reciente de esto es el arancel del 100% impuesto sobre los vehículos eléctricos importados desde China en septiembre de 2024. Además, las crecientes preocupaciones sobre la ciberseguridad en los vehículos autónomos y los sistemas de asistencia al manejo han llevado a Washington a intensificar sus esfuerzos para blindar la industria automotriz nacional.
El futuro de la regulación en el sector automotriz
Por el momento, las nuevas regulaciones se enfocan en los vehículos particulares, dejando en el aire la cuestión de los autobuses y camiones, cuyo impacto en las cadenas de suministro es más complejo. Se espera que en los próximos meses se anuncien normas específicas para estos tipos de vehículos. En cualquier caso, la industria automotriz deberá adaptarse a un futuro donde las tecnologías de origen extranjero, especialmente de China y Rusia, enfrentan restricciones severas en el mercado estadounidense.
Aquí tienes las frases corregidas y acortadas:
La prohibición de tecnología china y rusa en vehículos conectados es el último capítulo de las medidas de EE.UU. para proteger su seguridad tecnológica. La industria automotriz, transformada por la inteligencia artificial y la electrificación, enfrenta ahora una nueva fase centrada en el control de la tecnología y la ciberseguridad.
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