No hay que retroceder mucho en el tiempo para recordar otra industria del automóvil. Hace poco más de una década, el sector era muy diferente al actual: las marcas tradicionales dominaban la escena internacional con sus berlinas y SUV de combustión. Sin embargo, la llegada de un pequeño fabricante californiano lo cambió todo: Tesla. La empresa de Elon Musk nos demostró que era posible viajar sin contaminar gracias a sus coches eléctricos y a su extensa red de carga rápida. Poco tardó el mundo en intentar replicar la fórmula del éxito.
Durante más de una década, Tesla ha dominado la industria del coche eléctrico. Hoy, la amenaza parece venir de China, con empresas que desafían su status quo con tecnología y capacidad de producción. Pero no todos los intentos han tenido éxito. Muchas start-ups han surgido con grandes promesas y han sucumbido ante la dura realidad de la financiación y la competencia. Entre ellas se encuentra Byton, una compañía que hace unos años parecía destinada a rivalizar con Tesla.
Byton: una promesa californiano-china
Aunque tenía su sede en California, Byton era en realidad una empresa prácticamente china. Su lanzamiento ocurrió mucho antes de que China consolidara su poder como fabricante de coches eléctricos. El objetivo era ambicioso: inundar el mercado global con sus vehículos eléctricos. La start-up logró llamar la atención gracias a sus diseños innovadores y a la presentación de sus dos primeros coches: la berlina K-Byte, destinada a competir con el Audi A8, y el SUV M-Byte, un modelo más convencional pero igualmente prometedor.
A pesar de aparecer en listas de las marcas jóvenes más influyentes de la industria, la historia de Byton terminó de manera abrupta. A mediados de 2023, la compañía se declaró en quiebra. Hubo intentos de compra por parte de Foxconn, el fabricante del iPhone que siempre ha mostrado interés en fabricar coches eléctricos, pero todos los procesos acabaron fracasando. Así, Byton desapareció dejando tras de sí cientos de millones de inversión, prototipos y sueños rotos.

El legado olvidado
Hoy, los pocos coches que llegaron a fabricarse se encuentran abandonados en California, cubiertos de polvo y excrementos de pájaro. Dos de esos prototipos, un K-Byte y un M-Byte, han sido descubiertos recientemente en este estado soleado, recordando la ambición de una start-up que quiso desafiar a los gigantes del sector.
Si bien Byton terminó siendo apenas una nota al pie en la historia de los vehículos eléctricos, no se puede negar que fue pionera en algunos aspectos. Sus diseños y tecnologías vanguardistas llegaron antes de que el coche eléctrico se convirtiera en el fenómeno que es hoy, dejando una lección clara: el mercado automotriz es extremadamente competitivo, y sin grandes apoyos financieros y estratégicos, incluso las ideas más prometedoras pueden desaparecer.
Byton nos recuerda que para cada Tesla hay decenas de empresas que, aunque prometían revolucionar la industria, no lograron sobrevivir. Y mientras sus coches se pudren al sol, su historia sigue siendo un testimonio del riesgo y la innovación en el mundo del automóvil eléctrico.
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