En medio de un entorno altamente competitivo, los carros de BYD han quedado obsoletos tras la presentación de nuevas funcionalidades tecnológicas por parte de la compañía. Este escenario ha causado un impacto inmediato en el mercado. La empresa china, que lidera actualmente la venta de vehículos enchufables, ha sufrido una caída del 8% en el valor de sus acciones. Si bien este descenso no implica una crisis inmediata, sí representa un indicio claro de los desafíos que enfrenta el mercado automotriz chino en la actualidad.
No solo BYD ha experimentado esta corrección bursátil. Otras marcas relevantes como Li Auto, Geely y Great Wall Motors han registrado retrocesos superiores al 4%. Esta caída generalizada refleja una presión estructural en el sector, provocada por la carrera tecnológica y una competencia interna cada vez más feroz

Rebajas históricas: hasta 35% para liberar stock acumulado
Como respuesta a la desaceleración del mercado, BYD ha lanzado una ambiciosa estrategia comercial: rebajas de hasta un 35% en sus modelos más populares. El objetivo es claro: vaciar los inventarios. Los carros de BYD han quedado obsoletos después de que la empresa anunciara que todos sus vehículos futuros incorporarán su sistema avanzado de conducción asistida conocido como “Ojo de Dios”.
Este movimiento ha generado una pérdida de valor inmediata en los modelos actuales, que ya no incorporan dicha tecnología. El BYD Seal, en versión híbrida enchufable, ha sido uno de los principales afectados. Pero según Bloomberg, al menos 22 modelos han sido incluidos en esta política de descuentos. Entre ellos destaca el BYD Seagull, uno de los eléctricos más económicos del mundo, que ahora se ofrece con un 20% menos sobre su ya reducido precio original.
Tecnología disruptiva y efectos colaterales
La obsolescencia repentina de los actuales modelos no se debe a un fallo mecánico, sino a un cambio en la propuesta de valor. En febrero, BYD sorprendió al mercado al anunciar que integrará gratuitamente su sistema más avanzado de asistencia a la conducción en todos sus nuevos modelos eléctricos e híbridos. Este anuncio, aunque celebrado por sus implicaciones tecnológicas, ha generado un efecto adverso: ha dejado los vehículos actuales en una posición desfavorable frente a los consumidores.
Muchos compradores potenciales prefieren esperar a los nuevos modelos antes que adquirir una versión que pronto quedará relegada. Como resultado, los carros de BYD han quedado obsoletos en los concesionarios, lo que obliga a aplicar fuertes descuentos para estimular las ventas.
Impacto en concesionarios y perspectivas a corto plazo
Esta situación ha tenido consecuencias directas en la red de concesionarios. Algunos han debido cerrar por la falta de rotación de inventario. Según la Asociación China de Automóviles de Pasajeros, hay alrededor de 3,5 millones de unidades sin vender, con una media de 57 días de espera para dar salida a cada coche, el peor registro desde diciembre de 2023.
La presión para vender es cada vez más intensa. BYD no solo busca mantener su liderazgo en el mercado doméstico, sino también continuar su expansión internacional. Sin embargo, se enfrenta al dilema de cómo seguir innovando sin poner en riesgo su capacidad operativa ni perjudicar su red de distribución.
En este contexto, los carros de BYD han quedado obsoletos como resultado directo de una estrategia que prioriza la tecnología futura sobre el presente comercial. A pesar de que estas decisiones pueden fortalecer su posición a largo plazo, generan importantes tensiones a corto plazo tanto para la compañía como para sus socios comerciales.
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