El reciente informe de sostenibilidad de Toyota ha desatado preocupación al revelar un aumento del 45% en sus emisiones para el año 2022 en comparación con 2021. A pesar de las tendencias de la industria hacia la reducción de emisiones, el gigante automotriz japonés parece estar yendo en sentido contrario, generando inquietudes sobre la transparencia en la información ambiental.
El incremento se atribuye, en parte, a la revisión del formato de contabilización de emisiones, en cumplimiento con normativas europeas que exigen a los fabricantes estimar las emisiones del ciclo de vida de sus vehículos. Esta situación ha llevado a algunos expertos a cuestionar si otros fabricantes también podrían estar subestimando sus cifras de contaminación.
La posición de Toyota se torna más controvertida debido a su histórica resistencia a las normas de emisiones y su postura clara en contra de la tecnología de vehículos eléctricos. Informes anteriores, como el de la organización Transport & Environment, acusaron a Toyota de subestimar sus emisiones en un 69%, alimentando preocupaciones sobre la verdadera magnitud del impacto ambiental de los vehículos que produce.
Con base en datos del grupo activista Eko, las emisiones de Toyota ahora superan a algunas grandes petroleras y la posicionarían como el duodécimo mayor emisor del mundo si fuera un país, junto a naciones como Canadá.
El informe también resalta el desafío de Toyota al apostar fuertemente por la tecnología de celdas de combustible de hidrógeno, en un momento en que las ventas de estos vehículos han disminuido significativamente. Las ventas de coches de pila de combustible de Toyota pasaron de 5,000 en 2021 a 3,000 en 2022, mientras que incluso los híbridos enchufables están experimentando una disminución en ventas.
Este panorama revela que, a pesar de sus esfuerzos recientes, la mayoría abrumadora de los vehículos vendidos por Toyota aún incorporan motores de combustión interna. La firma automotriz busca abordar este desafío con planes de expansión previstos para 2027-2028, aunque este cronograma podría resultar lento en un sector que avanza a la velocidad de la luz.
