En un contexto donde la mayoría de las automotrices enfrentan desafíos significativos, los aranceles de Trump parecen no inquietar a Renault. Esta histórica marca francesa, bajo la dirección estratégica de Luca de Meo, ha logrado eludir las turbulencias generadas por las políticas proteccionistas de Estados Unidos. Su casi inexistente presencia en el mercado estadounidense la posiciona como una excepción notable dentro de la industria global.
Una ventaja por omisión
Gracias a su baja exposición al mercado norteamericano, Renault permanece relativamente inmune a los aranceles de Trump. Mientras otras compañías como Toyota, Volkswagen o General Motors se ven afectadas por el encarecimiento de las importaciones, Renault navega con más estabilidad. De Meo, su CEO, reconoció que a pesar de haber atravesado múltiples desafíos, esta coyuntura particular no representa una preocupación inmediata.
Estrategia enfocada en Europa
Renault dirige sus esfuerzos hacia el fortalecimiento de su gama de vehículos eléctricos e híbridos, buscando incrementar su cuota de mercado en Europa. En este sentido, los efectos colaterales de los aranceles de Trump podrían impactar de forma indirecta, al provocar una ralentización global. Sin embargo, por el momento, la compañía mantiene una posición resiliente.
La reorganización de su alianza con Nissan y la optimización de su estructura de costos le han permitido a Renault conservar márgenes competitivos. Esta estrategia le brinda un escudo parcial frente a un entorno volátil, marcado por decisiones políticas que afectan las cadenas de suministro.
Otras marcas con ventajas similares
No solo Renault se ha mantenido al margen de los aranceles de Trump. Marcas como Proton, Lada o Perodua nunca buscaron ingresar al competitivo mercado estadounidense. En muchos casos, las exigencias normativas, los altos costos de homologación o las tensiones geopolíticas disuadieron cualquier intento de expansión.
Tata Motors, ZAZ o incluso marcas chinas como BYD también evitaron ese mercado. En consecuencia, ahora enfrentan menos disrupciones. Del mismo modo, firmas japonesas y coreanas con bajo perfil internacional, como Daihatsu o SsangYong, se ven parcialmente favorecidas.
El porvenir de Renault y la electrificación
Aunque permanece protegida de los aranceles de Trump, Renault no está completamente aislada de sus efectos colaterales. La incertidumbre económica global podría frenar la demanda general de vehículos. Pese a ello, De Meo confía en que la transición hacia modelos eléctricos fortalecerá la posición de la empresa.
Su objetivo: pasar de un 12% a un 20% de ventas de autos eléctricos en Europa y competir cara a cara con Toyota. Para ello, Renault apuesta por la innovación tecnológica, la contención de costos y una visión estratégica que, por ahora, la mantiene lejos de la tormenta desatada por los aranceles de Trump.
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