En medio de las crecientes complejidades de la normativa de la Fórmula 1, los equipos se enfrentan a nuevas restricciones en sus operaciones fabriles. Limitaciones en pruebas de túneles de viento, intercambio de información entre escuderías colaboradoras, así como restricciones en costos y empleo de personal externo, han llevado a la Federación Internacional del Automóvil (FIA) a considerar medidas más rigurosas como inspecciones relámpantes. La FIA, con el derecho de inspeccionar las fábricas para garantizar el cumplimiento, ahora planea llevar a cabo estas visitas sin previo aviso.
Inspecciones relámpantes para preservar la integridad
Hasta ahora, las inspecciones se realizaban con antelación, una práctica que no resultaba ideal para descubrir posibles infracciones. Nikolas Tombazis, responsable de monoplazas de la FIA, expresó el deseo del organismo regulador de llegar a una situación de “preaviso cero”. Esto implicaría tener acceso inmediato a las fábricas y evitar que los equipos tengan tiempo de preparar respuestas o eludir posibles irregularidades.
“No creemos que debamos simplemente entrar por la puerta, pero sí pensamos que sería correcto contar con un proceso en el que podamos llamarles por teléfono, y alguien salga a recoger a estas personas y puedan decir: ‘Quiero ir a ver el túnel de viento o lo que sea'”, afirmó Tombazis.
Con estas medidas, la FIA busca reforzar el cumplimiento de normativas en un deporte donde la tecnología y la innovación desempeñan un papel crucial, asegurar así la equidad y la integridad de la competición. La incursión de inspecciones sin previo aviso marca un cambio significativo en la supervisión de las fábricas de F1, lo que genera expectativas sobre cómo impactará en el desarrollo técnico de los equipos. Asimismo, estas medidas buscan que los aficionados conozcan el funcionamiento de los equipos, así como el hecho de que cumplen con todo lo establecido en las distintas normativas de competición.
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